FÉLIX MARÍA SAMANIEGO: Biografía y fábulas



Como me han interesado mucho las fábulas de Félix María Samaniego voy a hablar un poquito de él para dároslo a conocer e intentar también despertar en vosotros interés por sus Fábulas. A su vez,mi intención es haceros disfrutar y sonreír con esta entrada, ya sea porque las Fábulas que he añadido al final os hacen recordar vivencias de vuestra infancia, porque os han gustado, o por cualquier otra razón.


FÉLIX MARÍA DE SAMANIEGO



Nació El 12 de octubre de 1745 en Laguardia, la Rioja Alavesa, en el seno de una familia noble.

Fue director del Seminario de Nobles de Vergara y participó en la Sociedad Vascongada de Amigos del País.

Perteneció a los grupos más importantes de la cultura de la ilustración. Abandonó los estudios de derecho en Valladolid, y viajó por Francia para conocer las nuevas tendencias.

Se dedicó a la música, el violín, la vihuela y la literaturaSus versos burlones y pícaros le ocasionaron problemas debido a que molestaron a más de uno y tuvo que ir a juicio por causa de unos poemas satíricos.


Fue un excelente fabulista ilustrado español, autor de las Fábulas morales (1781), destinadas a instruir a sus alumnos.

Las Fábulas están formadas por una colección de 137 apólogos que reciben las influencias de La Fontaine y John Gay entre otros.
Para hacerlas comprensibles utilizó un estilo sencillo, adaptado a la mentalidad infantil.


Algunas de sus obras más conocidas son: <La Lechera>, <Las zorras y las uvas>, <El zagal y las ovejas>, <Las gallinas de los huevos de oro> y <Las moscas>.
Todas las fábulas terminan con una moraleja en la que Félix María Samaniego pretende transmitir un mensaje didáctico a modo de enseñanza.

En esa misma época, existió otro escritor español de fábulas, Tomás de Iriarte (1750-1791), con quien mantuvo disputas y polémicas.
Samaniego también compuso poesía erótica.


Finalmente, murió en agosto de 1801.


Aquí os dejo mis fábulas preferidas de Félix María de Samaniego. J

EL ZAGAL Y LAS OVEJAS 
Apacentando un joven su ganado,
gritó desde la cima de un collado:
"¡Favor! que viene un lobo, labradores"
Estos, abandonando sus labores,
acuden prontamente
y hallan que es una chanza solamente.
Vuelve a llamar, y temen la desgracia;
segunda vez los burla. ¡Linda gracia!
Pero, ¿qué sucedió la vez tercera?
Que vino en realidad la hambrienta fiera.
Entonces el zagal se desgañita,
y por más que patea, llora y grita,
no se mueve la gente escarmentada
y el lobo le devora la manada.
¡Cuantas veces resulta de un engaño,
contra el engañador el mayor daño!

LA LECHERA


Llevaba en la cabeza
Una Lechera el cántaro al mercado
Con aquella presteza,
Aquel aire sencillo, aquel agrado,
Que va diciendo a todo el que lo advierte
«¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!»
Porque no apetecía
Más compañía que su pensamiento,
Que alegre la ofrecía
Inocentes ideas de contento,
Marchaba sola la feliz Lechera,
Y decía entre sí de esta manera:
«Esta leche vendida,
En limpio me dará tanto dinero,
Y con esta partida
Un canasto de huevos comprar quiero,
Para sacar cien pollos, que al estío
Me rodeen cantando el pío, pío.
Del importe logrado
De tanto pollo mercaré un cochino;
Con bellota, salvado,
Berza, castaña engordará sin tino,
Tanto, que puede ser que yo consiga
Ver cómo se le arrastra la barriga.
Llevarélo al mercado,
Sacaré de él sin duda buen dinero;
Compraré de contado
Una robusta vaca y un ternero,
Que salte y corra toda la campaña,
Hasta el monte cercano a la cabaña.»
Con este pensamiento
Enajenada, brinca de manera,
Que a su salto violento
El cántaro cayó. ¡Pobre Lechera!
¡Qué compasión! Adiós leche, dinero,
Huevos, pollos, lechón, vaca y ternero.
¡Oh loca fantasía!
¡Qué palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegría
No sea que saltando de contento,
Al contemplar dichosa tu mudanza,
Quiebre su cantando la esperanza.
No seas ambiciosa
De mejor o más próspera fortuna,
Que vivirás ansiosa
Sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el bien futuro;
Mira que ni el presente está seguro.



LAS MOSCAS
A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Otra dentro de un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.

¡Espero que os hayan gustado y de ellas algo hayáis sacado!

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